La hora de comer con un bebé puede ser un verdadero espectáculo. Lo que empieza como un tierno momento, con un pequeño tazón de puré y un bebé adorable, puede convertirse en un desastre digno de película: comida por todas partes, un bebé que se niega a abrir la boca y un papá o mamá con la paciencia al límite. Si te sientes identificada, no te preocupes. Aquí te comparto algunos trucos que aprendí con mis dos hijos (uno de 3 y otro de 5 años) para que la hora de comer sea un poco más tranquila y, por qué no, divertida.
1. El ambiente importa más de lo que piensas
La atmósfera en la que alimentas a tu bebé puede marcar la diferencia. Si la hora de comer se convierte en una batalla diaria, es probable que tu peque se sienta estresado, y eso no ayuda a nadie.
Sin distracciones: Apaga la tele, pon el móvil en silencio y trata de crear un ambiente relajado. Haz que sea un momento especial solo para ustedes.
Actitud positiva: Los bebés son muy sensibles a nuestras emociones, así que si te muestras relajada y sonriente, es más probable que se sientan cómodos. Incluso si termina más comida en el suelo que en su boca, intenta no frustrarte. Es parte del proceso.
Consejo práctico: Puedes usar baberos grandes y fáciles de limpiar para evitar que todo termine en un caos total. En 13Puntadas, tenemos baberos personalizados que son ideales para hacer la hora de comer más divertida y menos estresante.
2. Empieza con texturas suaves y ve experimentando poco a poco
Los bebés están descubriendo un mundo nuevo de sabores y texturas, y no siempre va a ser amor a primera vista. Es normal que necesiten tiempo para acostumbrarse.
Purés suaves para empezar: Si tu bebé está comenzando con los sólidos (en caso de no hacer BLW) asegúrate de que los purés sean bien suaves y fáciles de tragar. A medida que se sienta más cómodo, puedes probar con texturas más gruesas.
Deja que toque y explore: Aunque implique más limpieza para ti, dejar que tu bebé toque la comida con las manos es una excelente manera de que se familiarice con ella. Puede que al principio prefiera jugar con el puré antes de llevárselo a la boca, y eso está bien.
Mi experiencia: Con mi hija, pasamos semanas en las que jugaba más de lo que comía, y aunque me preocupaba al principio, entendí que estaba aprendiendo a su ritmo. Cada bebé es diferente, y forzar la situación solo genera estrés.
3. Haz que la comida sea visualmente atractiva
No hace falta ser un chef profesional, pero un poco de creatividad puede hacer que la comida sea más atractiva para tu peque.
Usa colores naturales: Las frutas y verduras tienen colores vibrantes que llaman la atención de los bebés. Un puré de zanahoria naranja brillante o un puré de guisantes verde pueden ser más interesantes que un plato de un solo color.
Platos con formas divertidas: Hay platos con compartimentos en forma de animales o coches que pueden hacer que la hora de comer sea un juego. Si tienes un bebé que es un poco más quisquilloso, estas pequeñas cosas pueden ayudar.
4. Dale la oportunidad de elegir (dentro de lo posible)
Aunque parezca pronto, darles a los bebés cierta sensación de control puede ayudar a que la hora de comer sea más agradable.
Ofrécele opciones simples: «¿Quieres puré de manzana o de plátano?» Aunque no pueda responder con palabras, el hecho de señalar o mostrar interés en una opción le da algo de control.
Respeta su apetito: Si tu bebé no tiene hambre, no lo fuerces. Recuerda que los bebés saben regular su apetito y es normal que un día coman más y otro menos.
5. La limpieza no tiene que ser un drama
Sabemos que la limpieza es una gran parte de la alimentación con bebés, pero no tiene por qué ser una pesadilla. Aquí te dejo algunos trucos:
Pon un mantel o una alfombrilla debajo de la trona: Esto hace que limpiar las migas y el puré sea más fácil.
Usa baberos de manga larga: Son perfectos para mantener a tu bebé limpio y evitar que la ropa termine empapada de comida.
Mi experiencia: Con mi hijo pequeño, aprendí a aceptar que la limpieza era parte del proceso y me armé con una buena cantidad de toallitas húmedas y un delantal resistente. Al final, todo se limpia, y lo importante es que tu bebé esté disfrutando y aprendiendo.
Conclusión:
disfruta el viaje, manchas incluidas
La hora de comer es un viaje de descubrimiento para tu bebé, y sí, puede ser un poco desordenada y frustrante a veces. Pero también es una oportunidad para crear recuerdos, aprender juntos y, quién sabe, tal vez descubrir que tu bebé tiene una preferencia inesperada por el brócoli o una aversión total al puré de calabaza.
Recuerda que estás haciendo un trabajo increíble, incluso si algunas comidas se sienten como un fracaso total. Lo importante es intentarlo con amor y paciencia, y celebrar esos pequeños logros (¡como la primera vez que se lleva una cucharada a la boca con éxito!).
¡Buena suerte y buen provecho, mamá!